Documental porque no soy una fotógrafa pesadilla que busca la pose perfecta para mi perfil de instagram (a no ser que lo queráis vosotros).
Soy muy disfrutona, y entiendo a las personas que quieren vivir el momento sin guiones ni rutas preestablecidas. Creo que es como mejor se disfrutan los momentos.
Dentro de la planificación que supone una boda, os doy el humilde consejo de que viváis ese día al máximo: que os riáis hasta que os duela la barriga, que os manchéis de miles de pintalabios, que hagáis la conga, la croqueta y todo lo que os de la gana. Porque mi cámara, cual intrépida exploradora, captará sólo lo que ve.
Al final yo hago las fotos, pero quién cuenta la historia, sois vosotros.
Emocional porque sentir en vuestros ojos esa felicidad y poder capturar todo ese amor, es lo que más me apasiona de mi trabajo. Al final la vida son instantes, ¿no?
Mi objetivo es que podáis volver a esos instantes siempre que veáis vuestras fotografías: A los abrazos eternos llenos de emoción, a la risa nerviosa de justo antes de encontraros o a veros con esas caritas de reflexión antes de salir de casa, que tengáis la suerte de tener para siempre registradas esas miradas nostálgicas de felicidad pura y sincera que os echarán vuestros abuelos …
Y así, ¡TODO!
Los que somos afortunados, recibimos muestras de cariño y amor todos los días. Pero el amor que se siente en ese día tan especial, merece la pena conservarlo de por vida y cuando algo se tambalee, cuando nos haga falta un achuchón, verlas, llenarte de energía positiva y seguir luchando por lo más importante que tenemos que es el amor, en todas sus facetas.
Los que somos afortunados, recibimos muestras de cariño y amor todos los días. Pero el amor que se siente en ese día tan especial, merece la pena conservarlo de por vida y cuando algo se tambalee, cuando nos haga falta un achuchón, verlas, llenarte de energía positiva y seguir luchando por lo más importante que tenemos que es el amor, en todas sus facetas.